Los desechos electrónicos (en inglés conocido como e-waste) es identificado por el concepto RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos) y su tratamiento conlleva grandes responsabilidades ya que el manejo inadecuado de los RAEE puede ocasionar graves impactos al medio ambiente y poner en riesgo la salud humana.
De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un desecho electrónico es todo dispositivo alimentado por la energía eléctrica cuya vida útil ha culminado. La convención de Basilea sobre desechos sólidos, de cuya República Dominicana es signataria, define la chatarra electrónica como todo equipo o componente electrónico incapaz de cumplir la tarea para la que originalmente fue inventado y producido.
Aquellas compañías interesadas en invertir en el área de e-waste en el país, actividad ha creado una industria de exportación de metales reciclados en apogeo, deben ser autorizadas por el Ministerio de Medio Ambiente.
Algunas posibles soluciones a los problemas generados por el manejo de e-waste son:
- Reducir la producción de desechos electrónicos.
- Donar o vender los equipos electrónicos que todavía funcionen.
- Donar equipos rotos o viejos a organizaciones que los reparan y reutilizan con fines sociales.
- Reciclar los componentes que no puedan repararse.
- Promover la reducción de sustancias peligrosas que se usan en ciertos productos electrónicos de circulación en el país.
- Extender la responsabilidad del productor para impulsarle a mejorar los diseños haciéndolos más sencillos de reciclar y reutilizar.
- Promover un consumo responsable de estos productos, contemplando una tasa destinada a resolver la exposición final de esos materiales.